LA TORMENTA





                    Soñaba que era libre, que podría escapar 
 de la torre  construida con palabras afiladas, donde la habían encerrado con muros invisibles.
    Recogió a toda prisa las cosas que encontró a su paso
y las guardo en su mochila , sin darse cuenta que se llevaba consigo trozos de una vida en ruinas. Echo a correr con pasos vacilantes, tenia miedo de hacer ruido y despertar a sus dos guardianas, pero fue inútil, desde hacia un tiempo la estaban observando, solo estaban esperando como lobos hambrientos a que diera un paso en falso, y lo dio. Y entonces, ¡ comenzó todo!. Las dos brujas alzaron sus manos y sus risas resonaron como el rugido de un león enfurecido,el lamento ensordecedor del viento la asusto y por encima de su cabeza vio la negra tormenta que habían creado para ella, que con una   fuerza descomunal la hundía poco a poco en el pantano de la tristeza. Del cielo de sus ojos comenzó a caer la lluvia que no calmaba la ansiedad de su alma, y allí se quedo inmóvil sin poder hacer nada.
  Sintió unos pasitos diminutos y vio al duende azul de la inocencia,con su carita arrugada tan vieja como la sabiduría, y con la voz de un niño le dijo:
 _¿No crees que llevas demasiado peso en tu mochila?,¡ no puedo ayudarte, estas demasiado hundida!.

  Los dos se quedaron sin saber que hacer, pero entonces vieron una luz brillante que procedía más allá de donde nacen las estrellas. Y entre la bruma espesa del pantano divisó a un ser mágico que enseguida ella reconoció.Sin ningún esfuerzo la agarro de la mano y a medida que la levantaba le quito la mochila, ya a salvo le dijo:
  _¡Ya eres libre!, ¡Siempre lo has sido!, confía en ti y todo ira bien.
   Y a ese ser mágico, solo le basto una sonrisa para dejar a las brujas reducidas a cenizas.
  


                                                                 FIN